sábado, 4 de agosto de 2007

TURBULENCIA

Este video ha sido visto mas de 28,000 veces en Youtube... lo hice alguna vez con mis hermanos. Me da mucha risa... va de nuevo!

P.D. Porfavor súbanle el rating... es mucho mejor que dos estrellitas...

Gotcha!

Un saludo al buen Rogelio Morales... adicto al Gotcha...
Felicidades por esta excelente producción...

PARTE I


PARTE II

miércoles, 1 de agosto de 2007

Primer reto en la vida...


Hace unos días me vino a la mente uno de los primeros retos que tuve que vencer en la vida. Tenía 3 años y estaba de mal humor en el kinder... no me gustaba mucho ir la verdad. Hasta el momento yo pensaba que la vida se trataba de jugar y ver caricaturas.

De repente la maestra comienza la lección del día... identificar el lado derecho del lado izquierdo. "!Me lleva el tren! ¿De qué habla esta señora?" A duras penas entendí que existían palabras para diferenciar cada una de mis manos. Me quedaba claro que había dos. Pero... eran igualitas. ¿Cómo demonios las iba a diferenciar? ¿Tendría que hacer trampa? ¿Rayarme la mano derecha todos los días en cuanto la maestra nos dijera cuál es cuál? Ese día estuve seguro que sería imposible encontrar la diferencia. Pasé la siguiente hora algo preocupado.

Después siguió algo un poco más fácil: colorear un dibujito de un caballito o algo así. Tenía puesta toda mi atención en mis manos, puesto que me sentía bastante presionado... buscaba alguna diferencia.

De pronto descubrí que yo siempre dibujaba con una sóla mano. Sin pensarlo, era la mano con la que podía pintar mejor.

La siguiente vez que la maestra nos dijo qué mano era cuál, disimuladamente hice un movimiento como de colorear bajo el escritorio. Era la mano derecha. En adelante, solo tendría que hacer ese movimiento, y sabría cuál era la mano derecha.

Problema resuelto.

Tiempo después, empezamos a ver las letras, y que las letras formaban palabras. Una vez más... "¿cómo me voy a aprender todas esas figuras, con sonidos distintos?". Durante un minuto estuve seguro que me sería imposible aprender a leer... pero aún... a escribir.

De pronto recordé que yo ya había vencido un reto que parecía imposible. Yo ya sabía cuál era mi mano derecha, y por ende, todo mi lado derecho. Hasta usaba mis conocimientos para dar direcciones en casa.

Me sentí confiado, pues seguramente lograría vencer este nuevo reto.